Miércoles 12.11.2025

Los cristianos en la enciclopedia de al-Masudi

Por: Ricardo Elía

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Abu al-Hasan Ali Ibn al-Husain al-Masudi (ca. 896-ca. 956/57) nacido en Bagdad y fallecido en Fustat (más tarde al-Qahira, El Cairo, Egipto), Es el autor de la monumental obra titulada “Praderas de oro y minas de piedras preciosas”. Escrita hacia 947, es una enciclopedia de 365 capítulos sobre historia y biografías, pero su mayor interés reside en sus noticias y descripciones geográficas y en los innumerables datos sobre historia natural y sobre descripciones de usos prácticos y de procedimientos técnicos.

El historiador y sociólogo Ibn Jaldún (1332-1406 llama a al-Mas‘ûdi, “adalid y modelo para los historiadores”, e “imam [ár. ‘guía’] del enciclopedismo”. Los historiadores e islamólogos occidentales acostumbran llamar a al-Masudi “el Plinio, además del Heródoto, del mundo musulmán”. Hasta nosotros han llegado 36 de sus obras.

Gran cosmógrafo, redactó el “Libro de la advertencia y de la revisión”), un tratado de ciencia, filosofía, mineralogía y botánica que fue traducido por el arabista holandés Michael Jan de Goeje (1836-1909). Viajero incansable e insaciable, entre 915 y 950 al-Masudi recorrió grandes extensiones de Siria, Palestina, Arabia, la costa oriental de África (Madagascar), Persia, Asia central, la India, Ceilán y el mar de la China. Perspicaz educador, no comprimía su materia hasta la aridez, sino que escribía a veces con una amable despaciosidad que no evitaba dar, de vez en cuando, una historia divertida.

Al-Masudi inserta numerosas referencias sobre el cristianismo y los cristianos, principalmente en su enciclopedia y en una obra titulada “Informes de los tiempos y los eventos en los que comunidades, razas extintas y reinos desaparecidos se hundieron”.

Este enciclopedista musulmán correctamente ubica los últimos días en Jerusalén de Jesús el Cristo, el hijo de María, en la época del emperador romano Tiberio (r. 14-37). Narra también con gran detalle y precisión los martirios de Pedro y Pablo, la expansión de la Iglesia en Oriente y Occidente, el cisma nestoriano, las características de las distintas iglesias cristianas orientales, y los calendarios de coptos y sirianos.

Ahmad Shboul (Universidad de Sidney) afirma que al-Masudi es el único autor musulmán que estudió la historia bizantina desde los comienzos del Islam hasta sus propios días. Al-Masudi fue un políglota que dominó el árabe, el persa, varias lenguas sudarábigas, el arameo, el griego antiguo y el bizantino, el latín, el sánscrito y el malayo.

Al-Masudi fue un experto en teología (kalam), derecho islámico (fiqh), bellas letras (adab), genealogía, y un pionero en el estudio de religiones comparadas, y en organizar encuentros y debates con musulmanes, judíos y cristianos para acercar posiciones y compartir la fe monoteísta. Igualmente intercambió opiniones con zoroastrianos, maniqueos, mazdakeos, sabeos, mandeos, qármatas, judíos karaítas e hindúes brahamánicos.

El profesor Shboul destaca el espíritu singular y fraterno de al-Masudi como un humanista musulmán que vivió toda su vida tratando de conocer a los no musulmanes para comprenderlos e interactuar con ellos.

En su enciclopedia, al-Masudi nos explica con elocuencia la importancia de la historia: «La historia cautiva el oído del sabio y el del ignorante; el simple y el inteligente se encantan con sus relatos y los solicitan. La historia comprende todas clases de temas… Su superioridad sobre las otras ciencias es evidente, y todos los ingenios le conceden la supremacía. Con razón dicen los sabios que el amigo más seguro es un libro… Te ofrece al mismo tiempo el comienzo y el fin poco o mucho; reúne lo lejano a lo que está cerca de ti, el pasado al presente; combina las formas más diversas, las especies más distintas. Es un muerto que te habla en nombre de los muertos, y que te hace accesible el lenguaje de los vivos. Es una persona íntima que se alegra con tu alegría, que duerme con tu sueño y que sólo te habla de lo que gustas.»

* Secretario de Cultura del Centro Islámico de la Rep. Arg.