La obra que puso en marcha el párroco de Nuestro Señor Hallado, en Empedrado, contó con el aporte de los amigos de un taller mecánico del barrio porteño de Colegiales. Su dueño, Gabriel Tomalino, sus clientes y sus vecinos realizan hace años acciones solidarias y una cena anual para recaudar fondos. En los últimos meses, conociendo las enormes necesidades en Empedrado, el empeño del párroco Ariel Gimenez y el compromiso de la Fundación Mirada de Esperanza decidieron recolectar donaciones y llevarlas a Corrientes.
Llevaron productos de primera necesidad como alimentos y artículos de limpieza y de cocina, ropa, zapatillas, gorros y elementos de primeros auxilios. Pero también materiales para microemprendimientos: dos máquinas de coser nuevas y dos usadas, artículos para costura como hilos, agujas, telas, tijeras, porta bobinas, carretes, botones, puntillas, elásticos y recortes de telas. Porque no solo se brinda ayuda inmediata, sino que se fomenta la promoción social.