- Tzvi bar Itzjak -
Henry Slonimsky, un destacado analista de la liturgia hebrea, escribió en una oportunidad: Más importante que la Biblia -que por un lado es grandiosa e inmensamente universal como para ser exclusivamente judía (así como Shakespeare no debe limitarse a ser ingles)- resulta el “sidur”, ya que constituye la expresión más personal y el registro más próximo del sufrimiento, la cotidianeidad, los deseos, las esperanzas y las aspiraciones del pueblo de Israel. El sidur es el libro de oraciones que utiliza cada judío, tanto como devocionario de uso cotidiano, así como de guía en las plegarias para el shabat y las festividades.
A diferencia de la Biblia y el Talmud- recuerda el rabino Roberto Graetz -el sidur nunca cerró sus páginas a nuevas contribuciones. Desde la época del Segundo Reinado, tiempo en el que comenzó a perfilarse la estructura básica de las oraciones a ser elevadas al Creador, continuando con el aporte de generaciones de escribas, sabios, rabinos y poetas medievales y hasta contemporáneos. Este libro permitió que todos ellos ocupen un lugar en el espíritu de las aspiraciones, las experiencias históricas y las inclinaciones intelectuales. El escritor inglés Theodor Gaster añade: Más que un manual de devoción, el sidur es de cierta forma el diario íntimo de Israel, ya que captura a través de una serie de viñetas deliciosas, escenas e instantes de toda su saga, registrando en una diversidad de climas y estilos las emociones más intrínsecas. Para quien tiene ojos y oídos-dice Gaster- pueden escucharse por un lado, el clamor del Sinaí y paralelamente verse las lujosas cortes del Templo de Jerusalén, las paredes envejecidas de la casa de estudio polaca. En sus hojas pueden distinguirse las melodías de los sabios del Talmud y las murallas de una clásica ciudad española.
Escrito en un lenguaje que pretendía ser comprendido por todo el pueblo en cualquier momento y lugar, el sidur es fuente de teología. Describe cómo el judío percibe a Dios, se vincula con Él, cómo se ve a sí mismo y cuál es su experiencia histórica y su destino. Podemos decir que es una versión cariñosa y poética que acompaña la mente y el espíritu a cada momento en el que los hijos del patriarca Abraham necesitan elevarse. Su orden básico divide a las oraciones en 3 momentos: El servicio vespertino llamado arvit, el matutino o shajarit, y la tarde o minjá. Desde el punto de vista estructural, su columna vertebral está basada en los Salmos, el Shemá Israel (Escucha Israel-Deuteronomio 6 y siguientes) y un conjunto de dieciocho bendiciones llamada Amidá (de pie, ya que se recita parado).