El miércoles 29 de marzo de 2000 el entonces cardenal primado de Argentina y arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Mario Bergoglio, convocó a educar para la paz y la esperanza, en un acto interreligioso en la Ciudad de Buenos Aires. Momentos antes de tomar la pala con sus propias manos para plantar un olivo, el cardenal Bergoglio dijo: “No queremos una paz de estanque, una paz que no se mueva. En última instancia acuérdense de que el agua estancada es la primera que se corrompe. Esa no es la paz de nuestro Dios cercano”. Años después, el Papa Francisco en su Vigilia de Oración por la Paz del sábado 7 de septiembre de 2013, recordó: “Pienso también hoy en aquel olivo que los representantes de las diferentes religiones plantamos en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo, el año 2000, pidiendo que no haya más caos, pidiendo que no haya más guerra, pidiendo paz”.