Tzvi bar Itzjak
Especial para Clarín
El año hebreo 5777 ya concluye. Y como preparación para un nuevo período, el próximo 17 de setiembre, en Plaza República Oriental del Uruguay (Av. del Libertador y Austria), se llevará a cabo una edición más del Rosh Hashaná Urbano.
Rosh Hashaná significa “año nuevo”. Es el momento en que se combinan un balance del alma y un encuentro familiar y comunitario. Este modo creativo, en un sitio público y abierto para festejar, permite participar a todos los que quieran ahondar las tradiciones judías y sus vivencias. Recitales, charlas, cine, espacio para chicos, muestras de arte, degustación gastronómica, artesanías judaicas y concursos componen un espectro encantador y un buen modo de aproximarse a las tan trascendentes jornadas. Que tienen un rasgo ritual y a su vez un carácter que nos convoca a la reflexión profunda de nuestro ser y nuestro lugar en el mundo.
Leo Naidorf, buen amigo y responsable de Limud BA –institución organizadora del evento–, cuenta que lo que buscan con esta experiencia es compartir aspectos de la cultura judía con la sociedad, entendiendo que toda identidad es fruto de un diálogo. Por otro lado, surge la necesidad de crear un espacio de diversidad, en el que estén expresadas todas las voces y todos los temas sin privilegiar una corriente religiosa o ideológica. Para ello cuentan con la colaboración de artistas, pensadores y divulgadores que intervienen en las actividades.
A saber, la palabra “Limud” que significa “estudio”, constituye uno de los ejes centrales del testimonio judío. El erudito Louis Finkelstein solía decir que “estudio y práctica” son exigencias de inquietud no exclusivas para maestros de la tradición hebrea, sino extensivas a cada persona que intente conmoverse e interrogarse en su pensamiento y en su fe. Desde esta perspectiva debemos comprender al judaísmo como una cultura cuyas dimensiones exceden la religiosidad litúrgica. Esto implica una clara conciencia, una necesidad de crecimiento y desarrollo, acompañada por una actitud positiva de vida.
Todo lo que va a pasar en el Rosh Hashaná Urbano emociona, ya que Roberto Moldavsky ensancha nuestra risa con su humor, la Orquesta Kef despierta nuestra alma con su música, la profesora Jaia Barylko activa nuestro pensamiento con sus interesantes reflexiones, Axel Kuschevatsky impulsa nuestros sentidos con arte, y Nelson Wejkin, con sus manjares, revela cómo volver a los más tiernos sabores de nuestra infancia. El deseo de Shaná Tová (buen año), el saludo en estos días, es el espíritu de esa plaza.
Para conocer el programa completo ingresar a: www.limud.org.