Domingo 16.03.2025

JUDIOS. PAUTAS DE EDUCACIÓN

El valor de la diversidad

Por: María Montero

Desde 2011, el colegio Jaim Weitzman invita a chicos de otros cultos para fomentar el intercambio, valorar las diferencias y fortalecer los vínculos.
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El centenario colegio Jaim Weitzman, de la comunidad hebrea Or Jadash, en el barrio porteño de Flores, fue la primera escuela judía argentina en ser recibida, recientemente, por el Papa. En la audiencia, le entregaron un libro con el proyecto educativo interreligioso “Lazos comunitarios para la diversidad”. La obra recopila cuatro años de trabajo para romper prejuicios, educar en la tolerancia, aceptar costumbres diferentes y desterrar sentimientos de vergüenza propios de las culturas minoritarias.

La iniciativa surgió en 2011, cuando Mónica Diner, directora de nivel inicial del Weitzman propuso invitar a las salitas de 4 y 5 años de las comunidades coreana, helénica, vasca, japonesa, armenia y católica a compartir una tarde con los chicos de su escuela.

“Recibíamos a cada comunidad por separado –cuenta la directora- le mostrábamos nuestras costumbres y tradiciones, les dábamos clases de hebreo que contenía unas 20 palabras tales como paz, gracias, amigo, te quiero. Y al final le entregábamos un diccionario castellano – hebreo con su fonética”.

El segundo año las visitas se convirtieron en juegos que permitieron a los chicos conocerse y re- forzar vínculos. Un año después, con el Instituto Coreano Argentino (ICA), llegaron a hacerse amigos. Una vez por mes los chicos judíos iban al jardín coreano a aprender taekwondo y los chicos coreanos concurrían al jardín judío a aprender rikudim, una danza folclórica israelí. Al finalizar el año, el ICA invitó a los padres a una muestra de las dos actividades donde compartieron comidas típicas de ambas comunidades.

El recorrido fotográfico del proyecto, auspiciado por la DAIA, el INADI y la Dirección de culto del gobierno porteño, emocionó a Francisco, porque también en él dejó su testimonio la hermana Ro- sita, de 93 años, quien fuera maestra jardinera de Bergoglio en el colegio Misericordia de Flores. Hoy la salita de 5 años del Weitzman tiene una foto del Papa y la escuela católica, una bendición en hebreo traducida al español, en su panel de entrada. “En una sociedad heterogénea e intercultural como la nuestra –afirma Diner - es fundamental ayudar a los chicos a valorar las diferencias, por eso este intercambio de respeto y enrique- cimiento mutuo continuará este año con otras comunidades”