Miércoles 15.01.2025

ISLAM

En La Meca, millones de fieles renovaron su fervor

Por: María Montero

Los peregrinos comenzaron a llegar el viernes. Es el quinto pilar que los musulmanes deben cumplir respondiendo al mandato de Dios. Debe realizarse al menos una vez en la vida para purificar el alma.
Comparte

La multitudinaria peregrinación de musulmanes a La Meca, al oeste de Arabia Saudita, que comenzó el
pasado viernes y abarcó cinco días, convocó a más de dos millones de fieles en una jornada de oración y recogimiento. Este acontecimiento, que se repite cada año, es el quinto pilar del Islam, que los musulmanes 
deben cumplir respondiendo al mandato de Dios. El testimonio de fe, la oración ritual cinco veces por día, la contribución social y el ayuno, completan los otros pilares de la fe islámica. 
La visita a los lugares santos del Islam que Abraham construyó por mandamiento divino y que, según 
la tradición islámica, es el primer templo para adorar a Dios, constituye otra forma de veneración cuyo 
valor no radica sólo en su ejecución formal, sino también en su intención.
La peregrinación a la ciudad sagrada de la Meca debe realizarse al menos una vez en la vida, si se posee la salud y los medios económicos para ello. Según las enseñanzas  islámicas, la peregrinación es un trayecto espiritual que limpia el alma.
La Meca y su entorno son considerados un lugar sagrado, cuyo acceso se prohíbe a los no creyentes. El peregrino debe realizar una ablución completa, ponerse como vestido dos piezas de tela blanca sin costuras y calzar sandalias.Hombres y mujeres deben llevar la cara descubierta: los primeros, afeitados; las segundas, con el pelo tapado. Las prescripciones se completan con todo un catálogo de prohibiciones: no utilizar cosméticos; no derramar sangre, no mantener relaciones sexuales, no cortarse las uñas, etc.
La entrada en el recinto debe hacerse con el pie derecho y mirando a la Kaaba – lugar sagrado donde se orientan los religiosos del mundo para rezar-, al tiempo que el peregrino debe decir: “Heme aquí, Dios mío, heme aquí”. Las mujeres, además, deben ir acompañadas por su esposo o un familiar varón con el que no puedan casarse. 
En términos generales, la peregrinación dura cinco días. Tras una primera visita a la Mezquita Al-Haram, donde se circunvala la Kaaba y se bebe agua del Pozo de Zamzan, los peregrinos se dirigen a la localidad de Mina, en las afueras de la ciudad. Al día siguiente parten hacia el monte Arafat, a 20 kilómetros de La Meca, y el tercer día vuelven a Mina. De allí regresan a La Meca pasando antes por un lugar donde se realiza el conocido ritual de apedrear tres pilares de mampostería que representan al Diablo.
El significado de todos estos símbolos parten del mandamiento dado por el Señor a Abraham, quien le pide que se traslade con su esposa Hagar y su primogénito Ismael a un lugar en el desierto de Arabia y que es el sitio donde se encuentra La Meca.
 Después de dejarlos allí, parte  de regreso a Palestina y en su camino se le presenta tres veces Satanás 
para intentar disuadirlo y Abraham tres veces lo apedrea siguiendo su camino. 
A su vez, Hagar, al no encontrar agua para darle de beber a su hijo, se dirige a las colinas del lugar en busca de ayuda. Desde allí ve que cerca del lugar donde había dejado al bebé, una fuente de agua surge de la tierra, y que sigue brotando todavía hasta el día de hoy. Se cierra esta fiesta con la Pascua de Aid- El-Adha, el décimo día del mes lunar, que este año se celebró el domingo pasado, sacrificando un cordero como recordatorio
de la demostración de obediencia de Abraham al mandato divino del sacrificio de su hijo, salvado por voluntad divina. Actualmente, en los hechos, los peregrinos compran bonos a las autoridades sauditas que inmolan
a los animales y luego envían ayuda a musulmanes pobres de distintas partes del mundo.