La provincia mozambiqueña de Cabo Delgado fue el centro de un levantamiento armado que ha causado más de 2.100 muertes y ha desplazado a más de un millón de personas desde 2017. El grupo insurgente, conocido como Estado Islámico de Mozambique (EI-M), busca establecer un califato en la región, alineándose con el Estado Islámico en Somalia y la República Democrática del Congo.
A pesar de que la mayoría de la población en Cabo Delgado es musulmana, Mozambique es predominantemente cristiana. Los asesinatos incluyen degollamientos y ataques con armas de fuego: «Abrieron fuego contra los cristianos, acribillándolos a balazos. El grupo terrorista dijo en un comunicado que había matado a 11 cristianos en la operación. Sin embargo, el número real de víctimas puede ser mayor y también hay personas gravemente heridas», ha explicado el fraile Boaventura, misionero en la región, a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En respuesta, el Gobierno de Mozambique y las fuerzas internacionales han lanzado campañas militares, aunque los ataques a civiles continúan. El EI-M ha sido catalogado como organización terrorista por EE.UU y prometió lealtad a ISIS en 2019. Además, el Consejo Cristiano e Islámico de Mozambique están trabajando en iniciativas de paz y desarme para aliviar las tensiones.
Fuente: El Debate
