Jueves 14.11.2024

Catequesis durante la audiencia general

Francisco pide a los católicos ser “portadores del Espíritu Santo”

El Papa recuerda que la Confirmación comunica los dones abundantes del Espíritu Santo. "El problema es cómo conseguir que este sacramento no se reduzca, en la práctica, a una 'extremaunción' o 'salida' de la Iglesia", planteó el pontífice.
Comparte

Hay «una hermosa meta» para el Año Santo, que ahora se acerca, que el Papa propone a los creyentes: «Quitarse las cenizas de la costumbre y del desenganche, convertirse, como los portadores de la antorcha en las Olimpiadas, en portadores de la llama del Espíritu».

En la última audiencia general en la Plaza de San Pedro, de este miércoles, continuando «la reflexión sobre la presencia y la acción del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia a través de los sacramentos», Francisco se detuvo en la Confirmación, «por excelencia, sacramento del Espíritu Santo», e invitó, con ocasión del Jubileo, a reavivar este don.

Que el sacramento de la confirmación no se reduzca, en la práctica, a una «extremaunción», es decir, al sacramento de la «salida» de la Iglesia, sino que sea el sacramento del inicio de una participación activa en su vida

Todos hemos recibido, «junto con la confirmación y la unción», lo que san Pablo denomina «depósito del Espíritu» o «primicias del Espíritu», que cada uno debe hacer fructificar, recomienda Francisco.

Debemos «gastar» este depósito, disfrutar de estas primicias, no enterrar bajo tierra los carismas y talentos recibidos.

En su catequesis, el Papa explica el origen del sacramento de la confirmación y señala que «en el Nuevo Testamento, además del bautismo con agua», se menciona el rito «de la imposición de las manos, que tiene como finalidad comunicar visible y carismáticamente el Espíritu Santo, con efectos similares a los producidos en los Apóstoles en Pentecostés».

A continuación, se recurre a la definición del Catecismo para adultos de la Conferencia Episcopal Italiana para recordar que la confirmación «refuerza la incorporación bautismal a Cristo y a la Iglesia y la consagración a la misión profética, real y sacerdotal» y también «comunica la abundancia de los dones del Espíritu».

Basándose de nuevo en el Catecismo de la CEI, el Pontífice precisa que si «el bautismo es el sacramento del nacimiento, la confirmación es el sacramento del crecimiento» y también «del testimonio», que «está estrechamente ligado a la madurez de la existencia cristiana». Francisco reconoce que es «una meta que puede parecer imposible» en la Iglesia actual, donde niños y adultos después de la confirmación se distancian, pero insta a no dejar de perseguirla.

Se dice que es el sacramento de la despedida, porque una vez que los jóvenes la hacen se van y vuelven más tarde para casarse. Eso dice la gente... Pero hay que hacer de él un sacrificio de participación, una participación activa en la vida de la Iglesia.

Por último, el pontífice sugiere que «en la preparación al sacramento» los fieles laicos que han tenido un encuentro personal con Cristo y han tenido una verdadera experiencia del Espíritu» ofrezcan su ayuda precisamente a través de la confirmación.

Fuente: Vatican News