Miércoles 15.01.2025

La falta de agua potable en las poblaciones vulnerables del país

Por: Ing. Patricio Caruso

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Es inadmisible que en el 2022 haya comunidades viviendo sin acceso al agua potable en Argentina y en el mundo, y me animo a decir, un fracaso de la humanidad que nos tiene que llevar a la reflexión colectiva.

Si bien esta problemática siempre estuvo, lo que la hace inaceptable es que, con tanto desarrollo científico y tecnológico, la implementación de soluciones al tema del agua no sea una prioridad. Esto nos habla más de la falta de voluntad de querer solucionarlo que de capacidad o recursos.

En el norte de nuestro país hay pueblos indígenas y comunidades campesinas que viven con 8 litros de agua por persona por día, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda un abastecimiento de 100 litros por persona por día.

Las inequidades dentro de un mismo país también son alarmantes si consideramos que, por ejemplo, AySA produce 250 litros de agua por persona por día para abastecer al AMBA ¿Realmente nos interesamos por todas las personas de nuestro país?

El tema del agua, como recurso fundamental para la vida, nos interpela a todos. A quienes la tenemos, para que aprendamos a cuidarla. A los gobiernos, para tomar esto como un tema central y darle la prioridad que se merece. A las empresas para llevar adelante actividades que no agoten el recurso y/o eviten su contaminación.

Brindar agua a comunidades rurales e indígenas postergadas desde hace años no implica solo hacer un pozo de agua o llevarla en un camión cada 15 días. Implica escucharlas, conocerlas y desde ahí buscar la solución que mejor se adapte y brindar agua y educación en el tema, para que una vez que la tengan, valoren el agua de calidad y quieran cuidarla.

El Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si nos hace ver cómo nos olvidamos de los más vulnerados: “Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”.

Desde el Pacto Educativo por el Agua, nos sentimos interpelados por esta encíclica y por las distintas realidades que conocemos. Por eso queremos generar un espacio donde articulen el sector público y privado, la academia y las organizaciones para pensar e implementar soluciones en conjunto. Si hay voluntad y logramos alianzas entre estos sectores, creemos que la solución a la problemática del agua es posible.