Miles de fieles convocados por las iglesias evangélicas de Argentina se manifestaron este sábado en rechazo al proyecto de legalización del aborto, una demostración que buscó inclinar la balanza a cuatro días de su tratamiento en el Senado.
En el país del papa Francisco, las iglesias evangélicas coparon la escena al convocar a movilizarse bajo la consigna "Salvemos las dos vidas" en el centro de Buenos Aires, donde se sumaron también numerosas parroquias católicas.
"La Concentración Nacional 'Salvemos las dos vidas' tiene el propósito de declarar que el aborto es una práctica criminal y de tortura a un niño por nacer y no es —como se intenta instalar— una política de salud ya que no persigue curar, sino causar la muerte", se lee en el comunicado de convocatoria que fue difundido por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera).
"Se invoca la protección de Dios, fuente de toda razón y Justicia en favor del niño por nacer y las madres que los llevan en su vientre", argumentaron los organizadores, y advirtieron que les reclamarán a los senadores que voten el 8 de agosto en contra al proyecto.
Necesitamos hacer oír esa voz de al vida por nacer", agregó durante este sábado el pastor Osvaldo Carnival, uno de los impulsores de la jornada. "A los políticos, si promueven leyes abortistas, no cuenten con nuestro apoyo", advirtió Carnival.
En la misma línea, el presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, Rubén Proietti, sostuvo que "todo el mundo habla de aborto" pero "los pastores evangélicos son los que tienen que tratar con la mujer que no quiere el embarazo y después con la que ha abortado" y agregó: "Nadie habla de lo que es el síndrome post aborto".
En declaraciones al canal TN, Proietti afirmó que la función de las iglesias evangélicas es "contener" a la mujer con un embarazo no deseado y "mostrarle el valor de la vida y darle todo el apoyo", al tiempo que contó que "varias iglesias tienen un sistema de atención al embarazo no deseado, todo con dinero propio de las iglesias, acá no hay ninguna asistencia social".
El Senado se dispone a tratar el miércoles el proyecto ya aprobado por Diputados, pero la más conservadora de las dos Cámaras parece inclinarse mayoritariamente por el rechazo.
El debate, que divide a la sociedad y atraviesa horizontalmente los partidos políticos, fue lanzado a rodar por el presidente Mauricio Macri pero su coalición concentra numerosas voces en contra.
"Dudo que se apruebe la ley porque es un atropello a nuestra Constitución y sé que los senadores no lo van a permitir. Argentina es pro-vida", dijo a la AFP Josefina Blanco, llevando su pañuelo celeste que identifica a quienes se oponen a la legalización.
En la recta final antes de la definición parlamentaria, la disputa se centra en "ganar la calle", luego de que el 14 de junio en la Cámara baja fuera clave la masividad de las manifestaciones de pañuelos verdes, que identifican a la lucha por la legalización, para definir el voto a favor de varios legisladores (129 a 125).
El proyecto de ley autoriza la interrupción del embarazo hasta las 14 semanas de gestación y garantiza su gratuidad en todos los centros de salud del país, entre otros puntos.
"Sí a las dos vidas. Educación sexual para prevenir, contención para no abortar y adopción para vivir", propusieron las iglesias evangélicas para contrarrestar el lema del bando contrario que reclama "Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir".
En Argentina, el aborto está despenalizado en caso de embarazos por violación o cuando está en peligro la salud de la mujer, pero según ongs se practican cerca de 500.000 abortos clandestinos al año.
"Queremos un país donde no se tome el aborto como una opción", expresó a la AFP Sebastián Staropoli, otro manifestante, que pidió mayor acompañamiento del Estado y ayuda social para las madres como una salida para evitar la interrupción del embarazo.
Con su pequeña niña en brazos, Lucía Cabusari advirtió que de aprobarse la ley "el Estado va a estar avalando un crimen".
VR y AFP