El órgano de la basílica de Luján fue fabricado en Francia por la empresa Cavaillé-Coll a fines del siglo XIX y donado a la Iglesia argentina en 1908. Mide 14 metros de frente, 7 de profundidad y pesa 12 toneladas. Lo componen 3.800 tubos y 5 niveles de teclado, pero actualmente está en desuso por falta de mantenimiento y deterioro.
En 2015, un técnico francés realizó un diagnóstico y afirmó que la mayoría de sus piezas “milagrosamente” se encuentran en estado original. Esto significa que es restaurable, pero de un costo altísimo.
Silenciosa, esta reliquia espera pronto volver a sonar.