Por: María Montero
Pascual es un fraile poco común. Obstinado pero simpático, logra todo lo que se propone a fuerza de insistencia y una fe arrolladora. Así se embarca en obras napoleónicas como fue, hace unos años, el Milenium, un templo mirador de 20 metros de altura en el Cerro de la Paz, en la localidad bonaerense de Puán. Así también supo fundar años atrás el monasterio de las Hermanas Clarisas. Y así también tuvo la idea de salir al encuentro de la gente con una capilla rodante, compartiendo la inquietud del Papa de no esperar a que se acerquen a las iglesias.
El padre Pascual Di Saverio nació en Italia, aunque dice -complacido- que se considera argentino porque vive desde hace 37 años en Puán -650 al sur de la Capital Federal-, que hoy ronda los 15 mil habitantes, con otros dos franciscanos, “Rolo” y Roque, en la parroquia Inmaculada Concepción.
A punto de cumplir 74 años recorre los pueblos cercanos con un camioncito viejo que lleva el tráiler de la capilla Santa Familia de Nazaret. El peculiar remolque cuenta con iluminación por dentro y por fuera, música religiosa y una cruz de luces led que cambian de color.
“Es una cruz pesada, pero deja un mensaje fortísimo –dice el sacerdote- no solo en los jóvenes, sino en todos los que ven el paso de este amado Jesús crucificado que pasa entre nosotros y nos recuerda que el amor lo vence todo”.
El padre Rolo, cuenta que “la metalúrgica del pueblo con muy buena onda armó la carrocería y con donaciones se fue construyen- do el tráiler”. Y agrega que esto también fue parte del empecina- miento de Pascual. “Los habitantes de acá lo conocen y no pueden negarle nada”, confiesa.
“El nombre de la capilla sintetiza la familia de la que todos hoy estamos preocupados –explica Pascual- y apunta al renacimiento para que mueva a nuestra bendita sociedad a volver a ella como el buen Dios la pensó”.
Y su fin es simple. Acercarse a la gente con una palabra o una bendición. “Cuando en la semana los padres trabajan y los chicos están en la escuela, llega el fin de semana y todos quieren un escape, ya no quieren ir a la iglesia –describe el fraile-, por eso pensamos que si los hermanos se alejan por estas cosas, no hay ningún problema, llevaremos la iglesia en medio de la gente”.
Cada media hora toca la campana y son muchos los que buscan confesarse o piden una oración para la pronta sanación de algún familiar enfermo.
Claro que tampoco faltan los curiosos. Pero para Pascual todos son bienvenidos. En la capilla hay lugar para 40 personas y algunas veces también celebra la misa.
Los fines de semana recorre las localidades del sur bonaerense, Tres Arroyos, Tandil, Ayacucho, Azul, Olavarría.
Los párrocos la piden para las fiestas patronales, y los municipios, cuando hay alguna fiesta rural, hasta le mandan un vehículo para trasladarla.
“La capilla es muy requerida – cuenta-, ya está ocupada hasta mayo, después es más difícil salir porque la zona es muy fría y a veces nieva”. Claro que en esos meses tampoco se achica. Tiene una página en Facebook (Hermano Pas- cual Cristiano Rural) con más de 800 amigos donde escribe oraciones y recibe las intenciones de la gente. “Hay que escuchar al Papa Francisco y hacer lo que él dice –señala el fraile-, llegar a todos de alguna manera”.
DE TUCUMÁN A LUJAN
La anciana peregrina
Los bomberos, vecinos y hasta el intendente esperan, en cada pueblo, el paso de Emma Moroncini, la anciana italiana de 91 años que peregrina desde hace 25 por todo el mundo. Y que ahora se propuso caminar los 1300 kilómetros que unen a Tucumán con la basílica de Luján. Partió el 27 de diciembre y calcula que llegará el 18 de este mes. Con un espíritu juvenil, esta ex enfermera llega para rogar ante la virgen por los jóvenes y la paz. Ca- mina sola por las banquinas de las rutas con zapatillas, gorro y su chaleco naranja, apasofirmepor4ó5horas desde las 6 a.m. después de almorzar, descansa y va a misa. Lleva sólo un carrito con su valija, una bolsa de pan, agua y leche. En abril, la recibirá Francisco.