-- Por Santiago Fraga (Dir. Ej. de Educación Arzobispado de Buenos Aires) --
En tiempos de debate sobre el valor de la escuela, sus logros de aprendizaje y la necesidad de renovar su propuesta cabe pensar sobre el testimonio de fe y de aprendizaje de los miles de jóvenes que durante décadas han salido de la escuela al encuentro de los peregrinos de San Cayetano.
En primer lugar, porque debemos recuperar el valor de la escuela para formar personas. Lengua y Matemática son importantes porque ofrecen horizonte de autovalía para cualquier persona. Tan importante como estas materias, es el propósito de la educación. Existe un para qué en cualquier propuesta que articula con un propósito que cada persona debe construir y descubrir. La escuela, con iniciativas enfocadas en los valores y en la fe, ofrece un valioso camino para formar personas en una dimensión trascendente que nunca debe faltar.
En segundo término, estos jóvenes –con su acción- nos invitan a todos a salir al encuentro. Salir al encuentro supone una actitud decidida, neta de dialogar y caminar junto al otro en los vaivenes de su historia. Durante horas, los chicos escuchan a las personas con sus historias y pedidos para San Cayetano, les ofrecen algo caliente o algo dulce... Puede parecer poco, pero no lo es. Este genuino encuentro, les brinda algo que consideran único. Así lo testimonian ellos con sus compañeros y es lo que hace que cada año sean más los que quieran participar.
Finalmente, vivimos en un mundo en donde el pan y el trabajo faltan demasiadas veces. Como decía el Papa Francisco en una de sus últimas homilías en San Cayetano como arzobispo de Buenos Aires: “Junto a San Cayetano rezamos y pedimos la gracia de dejar cada uno sus avivadas y ser hombres y mujeres con sed de justicia, con esa alegría que da pensar cómo ser más justos en nuestras relaciones”.
El servicio de San Cayetano es un camino de los jóvenes de las escuelas de Buenos Aires para ser cada vez más justos. Es una invitación a renovar nuestra acción en favor de los que menos tienen, de hacer oído atento a las enormes dificultades que tenemos los argentinos. Y lograr, entre todos, respuestas de fondo para alcanzar la inclusión plena de derechos para cada uno.