El cardenal Sean O'Malley dijo que el Papa Francisco "tiene un problema" en Estados Unidos entre los sectores "más rígidos" del mundo a raíz de su documento "Amoris Laetitia".
O'Malley habló con la prensa dado que el jueves se realizará la clase magistral en la inauguración de la cátedra "Gaudium et spes", a partir del Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia, impulsado por Francisco.
El arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión vaticana para la Protección de Menores aludió a las fuertes críticas y resistencias del documento de Jorge Mario Bergoglio sobre el matrimonio en su país.
"En Estados Unidos hay un grupo que no se encuentra en cualquier otra parte que es muy rígido, ideológico, es difícil, a veces imposible, hablar con ellos y estos son también mayormente ricos y tienen influencia en el gobierno, en la Iglesia misma y entre los obispos", explicó O’Malley.
"De hecho, el Papa Francisco tiene un problema en Estados Unidos y es interesante en este tema que los no católicos son los más entusiastas hacia Bergoglio. Entre los protestantes, por ejemplo, hay mucha estima por el Papa", agregó. El problema, en el catolicismo estadounidense, es que todavía está presente "la mentalidad de la 'guerra cultural'", aseguró.
O'Malley destacó el vuelco que significó la encíclica "Gadium et Spes" porque puso en el centro del matrimonio "el tema del amor" superando la idea que se trataba de un "contrato para la generación de los hijos" y el Concilio Vaticano II como expresión del dinamismo de la Iglesia que puntualiza, "no es estática". Sobre la cuestión de la doctrina, el purpurado afirmó que "este es un momento difícil para la Iglesia, de algún modo de crisis, como lo fue el post Concilio, pero soy optimista, creo que es una etapa transitoria que no durará más de 10, 15 años".
"Para la mayoría, el Papa Francisco es muy amado y muy estimado", destacó.
Para el fraile capuchino norteamericano, es tiempo de reabrir el debate sobre la encíclica "Humanae Vitae" de Pablo VI, el documento que prohíbe la contracepción.
"Algo debe cambiar. Mi impresión es que las familias cristianas no están muy de acuerdo, no lo son en la praxis, tal vez lo son en un punto de vista ideal", declaró.
Fuente: ANSA