Surgió en 2009 por iniciativa del- padre Pepe Di Paola -cuando este era párroco en la iglesia de la villa porteña de Barracas- y de su económo, Daniel Juárez, para contribuir a la formación de los adolescentes del barrio mediante un deporte muy peculiar para las zonas carecientes. Se trató de promover el cricket –un deporte de origen inglés vinculado a colegios de elite- acaso porque es una disciplina que demanda mucho compañerismo y apoyo mutuo. Y permite la integración con jóvenes de otra condición social. Así surgió la ONG Cricket sin Fronteras.
El cricket se juega con una pelota ovalada sobre tierra. Y si bien participan dos equipos con once jugadores, los bateadores juegan en pareja: uno batea lo más lejos posible la pelota que le lanza compañero. Entonces, ambos deben correr al otro extremo antes de que la pelota vuelva.
En octubre, gracias a la Fundación Banco Nación, la secretaría de Culto de la Nación y Emprendedores 21.com, los integrantes de los equipos Caacupé Cricket (de la villa de Barracas) y Cricket San Juan Bosco (de la villa La Cárcova, de José León Suárez) cumplieron el sueño de viajar al Vaticano y fueron el primer grupo americano en participar del torneo oficial de la Santa Sede, ocasión en la que se midieron con el St. Peter Cricket Club y otros planteles de la India, donde este deporte es muy popular. Pudieron, además, saludar al Papa Francisco, en un encuentro inolvidable.