Numerosos fieles participaron de la misa en desagravio de la parroquia porteña de San Ignacio tras el vandálico ataque que un grupo de alumnos del lindero Colegio Nacional Buenos Aires perpetraron contra el templo más antiguo de la ciudad. El oficio fue presidido por el arzobispo local, monseñor Mario Poli, quien si bien destacó la gravedad del hecho -una verdadera profanación manifestó su disposición a encontrarse con los autores de la insólita agresión para “matear
si dan las circunstancias y exponerles en qué consiste la fe en Jesucristo”. Para Poli, ello implicaría avanzar en la “cultura del encuentro” que propone el Papa. El oficio se inició con la aspersión de agua bendita en los lugares dañados.